En los últimos meses estamos asistiendo a la guerra abierta entre el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social y las cooperativas de facturación, principalmente Factoo, empresas cada vez más en auge, que ofrecen la posibilidad de facturar sin ser autónomo a través de ellas, actividad que a ojos del Ministerio incurre en fraude a la seguridad Social.
Está resolución ha supuesto un varapalo a este tipo de cooperativas cada vez más extendidas y con mayor número de socios, a los cuales recientemente Inspección de Trabajo empezó a solicitar altas en autonomos, poniendo el punto de mira estas cooperativas de facturación, las cuales se defienden argumentando que simplemente, cuando un socio necesita facturar un trabajo, Factoo le daba de alta en el régimen general de la Seguridad Social, y se encargaba factura e ingresar el dinero asociado en forma de nómina, quedándose una pequeña comisión por estos trámites. Una vez finalizado el trabajo el socio era dado de baja.
El problema según el Ministerio es que factor dentro de lo que tradicionalmente es una sociedad cooperativa ya que no se puede entender como la colaboración de todos los socios para lograr un objetivo común, cómo serían por ejemplo las cooperativas agrícolas dónde un grupo de trabajadores comparten maquinaria e instalaciones para una producción común. Por lo que el informe y solicitud de cierre se basa en que según el Ministerio, la compañía detrás de Factoo, Fidelis Factu no realiza actividad cooperativizada alguna, si no que realmente se dedica a facturar a trabajadores por cuenta propia simulados como socios trabajadores, sin que exista realmente entre ellos una relación laboral.
La respuesta de Factoo no se ha hecho esperar, defendiendo su legalidad y el perfecto encaje de su modelo de negocio en las leyes españolas, así como que mantienen todas las vías legales abiertas para recurrir la decisión de ministerio, y niegan haber incurrido en fraude, ya que según las propias palabras de la compañía, «la cooperativa no se dedica a facturar en nombre de trabajadores por cuenta propia sino a facilitar a sus socios, principalmente freelancers y personas con trabajos esporádicos, el desarrollo de su actividad profesional de forma legal, segura y con prestaciones sociales y las coberturas necesarias», lo cual argumentan «repercute en el interés social y mejora la calidad del empleo».
Dos posiciones visiblemente enfrentadas en un conflicto que parece va a dar mucho que hablar, ya que su resolución final seguramente será un antes y un después parece tipo de cooperativas de facturación u otras alternativas de autoempleo.